jueves, 24 de diciembre de 2009

Identidades

Pilar Bardem no quiere que la identifiquen con los de ‘la ceja’. Los socialistas catalanes tampoco quieren ahora que los identifiquen con quienes quieren prohibir los toros en la comunidad. A Pajín le incomoda que la identifiquen con los marroquíes (y también con los saharauis). Al reformador Obama no hay nada que le ponga más nervioso, aparte de que lo premien por nada y deba leer un discurso para justificarlo, que lo identifiquen con un comunista. Muy pronto, los empresarios españoles no querrán que los identifiquen con su presidente, Díaz Ferrán. Y hace tiempo que al viento dejó de interesarle que lo identificaran con quienes pronuncian su nombre en vano.

Probablemente, a Abdoulaye Coulibaly, también le gustaría no tener que ser identificado como negro ni albino. Al menos, como una de las dos cosas, aunque no cabe duda de que siendo moreno de pelo y blanco de piel (justo lo contrario) le habría ido mucho mejor. Coulibaly, malí de 22 años, acaba de ser acogido como refugiado en nuestro país. En abril, un cayuco lo dejó a las costas de Tenerife mientras huía de la sanguinaria superstición que persigue en muchos lugares de África a los negros albinos, quienes resultan una víctima propiciatoria en los rituales de brujería.

A diferencia del personaje protagonista de La mancha humana de Philip Roth, al joven le resultó imposible ocultar su identidad. Coleman Silk sí pudo esconder durante toda una vida que no era negro, aunque el destino -también Edipo quiso huir de la maldición que sobre los lacedemonios pesaba, sin éxito- le tuviera reservada una siniestra broma. Por eso, el “intachable” Silk tuvo que ver cómo su vida se desmoronaba por un simple comentario inocente, por comparar la ausencia reiterada de dos alumnos con un “humo negro” que se desvanece. Arruinado por una metáfora: la del negro que no quería ser negro que llamó “negro” sin saberlo a dos alumnos. Irónico. Absurdo. Y a la vez, terrible.

Entre la reafirmación identitaria, y la carga que supone muchas veces ser lo que somos, nacer donde hemos nacido, orinar sentado o de pie, se nos va la vida. Los hay que se inmolan en nombre de Alá y las que lo darían todo por poder pasear por la calle sin cargar con el peso de un velo y de una mancha inexistente. Nuestras identidades nos definen, pero no deberían sellar nuestro destino. Al fin y al cabo, si Pélope extendió sobre la casta de Layo su condena fue porque éste había violado a su hijo Crisipo. Pero, qué culpa tiene nadie de haber nacido negro, mujer, homosexual, chií, zurdo, albino…

Sin embargo, en el pulso que libran los fanáticos de la identidad con los defensores del universalismo ilustrado, los primeros tienen todas las de ganar. Claro que es imposible vivir sin ancla, en el desarraigo, sobrevolando las cosas sin tocarlas. En el fondo, Kant era un tipo de pueblo, en el alma de Borges sonaba un tango y no sería concebible el cine de Woody Allen -incluso cuando rueda en Europa- sin la alargada sombra que proyectan los rascacielos de Manhattan. Amin Maalouf, que acaba de dedicar su último libro a estos “desajustes” planetarios, no renuncia a su parte árabe, lo que no impide que, como Amos Oz -que tampoco lamenta ser judío-, hable desde el sentido común, tendiendo puentes entre culturas y “civilizaciones”.

Saben, como Stefan Zweig, que todo carné de identidad tiene algo de perverso, que es la legitimación de una derrota.

2 comentarios:

LadyHildegard dijo...

vivimos etiquetándonos nosotros mismos en la mayoría de ocasiones; otras veces nos etiquetan los demás para finalmente, con el paso del tiempo, huir de etiquetas propias y ajenas.
grasias por tus reflexiones.

apocaliptico dijo...

Estimada LadyHildegard:
Totalmente de acuerdo. Es lo que tienen las etiquetas, que se van quedando sin adherencia. Por desgracia hay quienes van armados con grandes botes de cola y se empeñan en ir reforzándolas a toda costa.
Le deseo una buena entrada en el nuevo año.
apocaliptico.

 
Copyright 2009 Apocalípticos e integrados. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan