viernes, 5 de diciembre de 2008

Zoquetes



Quién dijo que la televisión no podía ser educativa. Gracias al programa ‘CQC’ que emite La Sexta, muchos espectadores -algunos incluso votamos- pudimos conocer de primera mano hasta qué punto es ignorante la clase política española.

Verbigracia: Trillo, ex ministro de Defensa y conquistador de Perejil y Soraya Sáez de Santamaría, figura emergente del nuevo PP de Rajoy, no saben ni en qué continente está Lesotho; Leire Pajín, actual número 3 del PSOE, desconoce quién es el presidente de Rusia; Gaspar Llamazares, número 1 de la IU del siglo XXI -así les ha ido- no ha escuchado hablar de Joe Biden, vicepresidente electo de Estados Unidos; Elena Espinosa, ministra de Medio Ambiente, José Antonio Alonso, ex ministro del Interior y portavoz del PSOE en el congreso y Esteban González Pons, responsable de comunicación del PP, no tienen ni idea de en cuánto está el salario mínimo, y otro diputado del PSOE, de cuyo nombre no puedo acordarme -aunque mando recuerdos a toda su familia- asegura que asciende a 800€ gracias, claro, a la buena gestión socialista.

Hasta ahora, algunos pensaban que esto era cosa de sociedades analfabetas como la estadounidense. Qué gracia nos hacían sus estudiantes pensando que España se encontraba al sur del Río Grande, o su Sarah Palin confundiendo África con un país. Para partirse. Ahora, ya nos ha quedado claro que zoquetes los hay en todas partes, pero que los nuestros son de campeonato.

Nuestra clase política representa el fracaso de toda la sociedad en su conjunto y de los planes educativos de este país desde que Franco era alférez. Aquí no vale echarle la culpa a ningún gobierno concreto, ni a la LOU, la LODE, la LOGSE, la LOCE o LAMADREQUELOSPARIOATÓS. Nuestros políticos nos devuelven nuestra propia imagen. Y ésta tira para atrás, como la que vemos en el espejo a la mañana siguiente de haber cogido una cogorza de anís seco (y sé de lo que hablo).

Nuestra mentalidad de nuevos ricos no puede ser por más tiempo disfrazada. Nos creíamos los reyes del mambo porque después de haber dejado atrás una dictadura de cuarenta años -sin pensar nunca cómo demonios pudimos mantener un régimen autoritario en Europa occidental durante décadas sin que se nos cayera literalmente la cara al suelo de vergüenza-, y tras haber chupado de la teta de la UE hasta dejarla exhausta, nos habíamos convertido en una “potencia mundial”. ¿Acaso fue gracias a nuestra sólida cultura científica y humanista? No, qué va. Fue a causa del turismo, primero, y después de un boom inmobiliario de proporciones bíblicas que nos ha hecho mundialmente célebres y nos ha situado en la zona alta de las listas de deterioro medioambiental.

Ahora, esta España campeona de la libertad, faro de Occidente, perla del Oriente -como Al Qaeda no se cansa de repetir- que surgió de la nada, “ha alcanzado las más altas cotas de la miseria”, que dijera el otro. Y todo, opinan sesudos analistas, por contar con tres millones de parados. Como si tener sólo dos millones en los mejores e idílicos tiempos -esto es, el año pasado- fuese la jodida Utopía de Moro, la Ciudad del Sol de Campanella y la República de Platón, todo en uno, pero corregido y aumentado.

No, el problema no es que España fuese un gigante con pies de barro. Es que nunca hemos sido tan grandes. Sólo nos hemos crecido porque no podíamos haber salido desde más abajo y hemos olvidado que un país que ha sido incapaz de revisar su historia reciente con dignidad; en el que no se ha consumado la separación real entre Iglesia y Estado; y en el que el terrorismo etno-izquierdista de ETA sigue resultando decisivo en el tablero político, no puede ir pavoneándose por ahí dándose aires de inflada grandeza.

Aunque, no sé de qué me quejo. Para qué queremos politicos formados si podemos ganar la Davis.

3 comentarios:

pepito dijo...

Pues en mi pueblo (Paterna-Valencia) para entrar de barrendero hay que aprenderse la constitución.

El alcalde creo que sabe hasta leer y escribir.

El pecador de la pradera dijo...

Pues en mi pueblo basta con tener el carné del partido y ya entras de barrendero o de técnico de lo que sea.

Y, dicho sea de paso, afortunados los de Paterna, porque en mi pueblo de 25 concejales sólo tres o cuatro saben leer, escribir y hablar con coherencia dos palabras seguidas.

Algo es algo

El pecador de la pradera dijo...

@ apocaliptico

Un acierto colgar el vídeo. no sabía si reír o llorar.

 
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