viernes, 30 de mayo de 2008

Los derechos humanos 60 años después

Amnistía Internacional ha vuelto a sacarle los colores a las principales potencias mundiales con motivo de la publicación del Informe 2008: El estado de los derechos humanos en el mundo, que coincide en el tiempo con la celebración del 60º aniversario de la firma por la ONU de la Declaración de los Derechos Humanos.

El único problema es estos países hace tiempo que perdieron la vergüenza.

Según AI, “Estados Unidos tiene que cerrar el campo de detención de Guantánamo y demás centros secretos de detención, juzgar a los detenidos en procesos justos o ponerlos en libertad, y rechazar sin sombra de duda el uso de la tortura y los malos tratos.”

Rusia debe “mostrar mayor tolerancia hacia la disidencia política, y tolerancia cero hacia la impunidad por los abusos contra los derechos humanos en Chechenia”.

China “tiene que cumplir las promesas en materia de derechos humanos que formuló en torno a los Juegos Olímpicos y permitir la libertad de expresión y de prensa, y acabar con la práctica de la “reeducación por el trabajo”.

Y por supuesto la Unión Europea tampoco se escapa de las críticas de esta organización, al negarse a “investigar la complicidad de sus Estados miembros en las “entregas extraordinarias” de personas sospechosas de terrorismo”, sin aplicar sus propios miembros “los mismos baremos en materia de derechos humanos que fija para terceros países”.

El cuadro que ha dibujado AI en el Informe 2008 no es nada consolador. Al menos en 81 países todavía se infligen torturas o malos tratos a las personas; en al menos 54 se las somete a juicios sin las garantías debidas; y que en al menos 77 no se les permite hablar con libertad.

Los colores no pueden ser más que oscuros. Y a grandes brochazos, la utilización de la población civil como objetivo de grupos armados, la violencia contra las mujeres, la tortura, la represión de la disidencia, los ataques a los informadores, la desprotección de las personas refugiadas o la ausencia de derechos derechos económicos y sociales entre grandes capas de la población, terminan de conformar una realidad sobre la que hay que actuar de forma inmediata.

Así las cosas, la Organización ha exigido a los gobiernos del mundo empezar pidiendo disculpas por seis décadas de fracaso en derechos humanos (pueden tardar lo mismo en hacerlo que la Iglesia en mostrar su pesar por los crímenes de la Inquisición). El segundo mensaje que envían a los mandatarios mundiales, como ha señalado su secretaria general, Irene Khan, es percatarse de que “los problemas que afectan a los derechos humanos no son tragedias aisladas, sino que actúan como virus que pueden infectar y propagarse con gran rapidez y ponernos a todos en peligro”.

Si es que ya no lo estamos.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Reflexiones urgentes sobre la 'guerra en los fogones'

1. Para comer no hace falta tanto rollo. Una cosa es innovar y otra perder la cabeza. Se puede comer bien por 5, 10, 30, 50, 100 y 300 euros el cubierto. Sólo hay que aplicar el principio de utilidad. Una papa asada comida con una cuchara de plástico en un poyo de un paseo marítimo de espaldas al Mediterráneo puede resultar algo más satisfactorio que un almuerzo en un selecto tres estrellas michelín.

2. La cocina es un arte tanto como la marquetería, el tiro al plato, el punto de cruz o llegar a final de mes ganando mil euros mensuales. Pero suponiendo que Adriá sea el Duchamp de los fogones, cuidado con lo que puede estar por venir. No me quiero ni imaginar cómo serán los hermanos Chapman del gorro blanco: Salteado de labio superior de muñeca hinchable con arenques del Cantábrico desfibrilados al modo more geometrico.

3. Santi Santamaría probablemente sea un cocinero excepcional, pero de lo que no cabe duda es de que aspira a convertirse en un excepcional vendedor de libros. Ambas cosas son compatibles. Y si no, que se lo digan a Arguiñano.

4. El robocop. Perdón. Las pretensiones de pureza resultan con frecuencia sospechosas. Lo del 100% natural es un recurso publicitario que la realidad se ha encargado una vez tras otra de desmontar. ¿Es natural el frigorífico en el que conservamos las verduras ecológicas? ¿Es natural el agua embotellada? Lo peor es que otros se encarguen de demostrar que tú empleas los mismos aditivos que criticas, vamos, que te han pillao con el carrito del helao. Y, vaya por Deu, el helado tenía procrema y glicerina. Chico malo.

5. Convertir en causa patriótica la alta cocina española, porque el escándalo ha llegado a todo el mundo y “los franceses tienen que estar frotándose las manos” es de besugos.Con la comida no se juega. Callar lo que se piensa porque puede afectar al negocio está bien para los que viven del mismo –es lo que han hecho los franceses toda la vida-, no para el común de los comensales, a los que esta mercadotecnia nos trae al pairo. No caigamos en la trampa.

6. ¿Por qué habla Ferrán Adriá tan raro?

7. ¿Puede la comida politizarse? ¿O no se han dado cuenta de que los críticos con la nueva cocina, salvo excepciones, suelen ser de derechas mientras los defensores tienden hacia la izquierda? ¿Será que la vanguardia culinaria es cosa de nuevos ricos?

8. No me cabe duda de que en el Bulli, un poner, se tiene que comer largo y bien. Como para echar un fin de semana ahí, con el pañuelo anudado al cuello. Ahora, está por calibrar el perjuicio que sobre la cocina local –la de mi pueblo mismamente- está teniendo la vanguardia gastronómica. Algunos espabilaos se han dado cuenta de que poniendo el nombre del plato más largo en la carta, el tamaño del solomillo se reduce a un ritmo inversamente proporcional al crecimiento de la factura.

9. Que digo yo. ¿Por qué hablará Ferrá Adriá tan raro?

10. Como me falta una reflexión (es un decir), y no puedo resistirme a que estas notas adquieran forma de decálogo –qué bonico-, aprovecho para ofrecerme a unos y otros, los químicos y los físicos, los michelines y los musculados, los modernos y los tradicionales, como catador de sus excelencias culinarias. Porque si una cosa le falta a este análisis es poder contrastar la información. Prometo hacer una crítica favorable en este mismo blog. Vamos, que me vendo por un plato de lentejas. Aunque sean desestructuradas.

[Artículo recomendado por soitu]

martes, 27 de mayo de 2008

Cuando el Mal se disfraza de Bien

El Mal, al menos para quienes no lo practican de forma sistemática, siempre genera aversión, rechazo, repugnancia, todo aderezado con frustración y tristeza, pero existen grados en esta escala de la ignominia. Por eso, nos resultan tan difíciles de digerir los abusos y vejaciones que sufren los más desvalidos, y merecen toda nuestra reprobación, por ejemplo, la doble moral de la que hacen gala muchos políticos o la hipocresía que caracteriza en ocasiones a investidos representantes de las distintas confesiones religiosas. Se podría decir que nuestro rechazo es proporcional al grado de bondad que se le presupone a quien comete la iniquidad.

Se puede, sin embargo, seguir descendiendo. Esta bajada al Averno parece no tener fin. Y así descubrimos horrorizados –pues todavía la hiperinflación informativa no ha conseguido aplacar nuestro sentido de la indignación- que hay niños en distintas partes del mundo que están sufriendo abusos por parte de integrantes de fuerzas de paz y trabajadores de organismos humanitarios. Así lo ha revelado un informe de la ONG británica Save the Children, en el que se pone de relieve que muchos de estos abusos permanecen sin castigo, ante el miedo de los niños y sus familias a revelar tal situación.

Cuenta la BBC cómo una niña de 13 años de edad fue violada cerca de su casa en Costa de Marfil por diez integrantes de las fuerzas de paz de Naciones Unidas. Este mismo medio afirma que no se ha tomado acción alguna contra los soldados.

Desde la ONU, un portavoz del organismo ha manifestado a este respecto que es imposible garantizar “cero incidentes” en una organización con cerca de 200.000 personas empleadas bajo su mando alrededor del mundo, aunque, claro, ha transmitido un mensaje de “tolerancia cero” y “cero impunidad” ante hechos como estos.

Faltaría más.

Desde luego noticias de este tipo resultan demoledoras para quienes no hemos perdido totalmente la confianza en la existencia de personas capaces de jugarse la vida para proteger a los demás. Y seguramente las hay. Héroes anónimos cuyas proezas olvidará la Historia. Pero, desde luego, son tiempos para escépticos. Malo.

lunes, 26 de mayo de 2008

Yo, superventas

¿Es escritor pero le frustra que sus obras, llenas de complejidades psicológicas, recursos intertextuales, planos temporales que se solapan y demás guiños culturetas, no pasen del vestíbulo de las editoriales? ¿No le frustra que tras años de dedicación y estudio sean otros, mucho menos peritos que usted –aunque más peritas- los que se coman todo el pastel? ¿Acaso no está cansado de que a causa de su trabajo, de chuparse dos horas de caravana para llegar hasta él para cobrar mil míseros euros de sueldo, sólo pueda dedicar las noches y los fines de semana para centrarse en su obra –dejando a su mujer sola, y ya me entiende- mientras otros viven tranquilamente del cuento, escriben en periódicos, dan conferencias y encima les sobran horas y energías para ya me entiende?

Si quiere romper con esta racha no lo piense más. Juan Goytisolo les explica en su último artículo publicado en El País cómo crear un “producto destinado a arrasar y situarse a la cabeza de los más vendidos del año”. Estaría bien que fuera autobiográfico, aunque quién se va a enterar.

Podría empezar así: “Fui violada por mi padre a los ocho añitos mientras mi madre fotografiaba la escena y se masturbaba con ayuda de un vibrador. Azuzados por los hurras de mis progenitores, mis tres tíos me sodomizaron por turno al tiempo que mi propio hermano se orinaba en mi cuerpecillo maltrecho.”

Sus lectores le adorarán. Y el director de su banco recordará por fin su nombre.

sábado, 24 de mayo de 2008

El capullo

El Partido Popular se encuentra ahora mismo en la fase del capullo. La frase no es mía. Es de Esteban González Pons, uno de los nuevos hombres de Rajoy, y la apreciación no está dirigida a su jefe de filas, por mucho que haya quien diga que tiene cara de, sino al proceso de metamorfosis que está viviendo en estos momentos el gusano de seda de su formación antes de convertirse en mariposa. Un poema, vamos.

Pero, a pesar de estos y otros juegos florales, González Pons es de los pocos que está manteniendo la cordura dentro del PP desde la derrota del 9 de marzo. A las pruebas me remito. Mientras Rajoy empieza a ser abiertamente cuestionado por el “ala dura” del partido y por sus medios afines, en Madrid, Aguirre y Gallardón siguen enzarzados en su particular disputa por ver quién sería el mejor sucesor del gallego, una lucha que el alcalde ha conseguido decantar a su favor tras variar su estrategia después de las elecciones. Ponerse el disfraz de sumiso hombre de partido ha demostrado ser un sistema más eficaz para estar bien posicionado, que cuestionar el liderazgo del actual presidente. Tiempo habrá para los Idus de marzo.

En el País Vasco la situación es mucho peor. La valerosa María San Gil, con el respaldo de Mayor Oreja y Gustavo de Arístegui, ha pegado la espantá y quién sabe si no terminará tomando las de Villarosadíez. Lo peor de todo es que nadie sabe aún por qué. Pero la marcha de Ortega Lara, símbolo de la resistencia frente al terror de ETA, y las concentraciones a las puertas de la sede del PP, no han hecho más que echar sal sobre esta herida.

Y lo que no es menos grave, la marcha de Acebes y Zaplana y el papel irrelevante que han pasado a adoptar Pizarro o Juan Costa, han despertado a la bicha, y con su habitual gracejo vallisoletano, Aznar se ha encargado de darle un tirón de orejas a Rajoy y al cambio de rumbo que su cuervo -cría delfines- pretende darle al partido.

El problema es que, pese al baile de nombres, aún no se vislumbra muy bien en qué consiste este penúltimo viaje al centro. El “debate ideológico” que reclamaba Aguirre no se está produciendo. Y sólo el mero hecho de contar con unos y pasar de otros, de moderar algo las posiciones después de la suicida legislatura anterior -hay que hacerse el harakiri para perder dos elecciones consecutivas con Zapatero- pueden explicar este diario zambaleo.

Nada de esto es nuevo. A principios del siglo pasado -Fraga todavía llevaba pantalón corto-, el politólogo, Robert Michels, formuló la célebre “ley de hierro de la oligarquía”, que venía más o menos a decir que en toda gran organización el poder termina recayendo en un grupo minoritario de personas, lo que hace inviable una verdadera democracia interna. El PP no escapa a esta regla que convierte en traumáticas las renovaciones y que puede resultar letal si el proceso se cierra en falso.

A mi juicio, lo que les hacía falta a los de Génova son unas buenas primarias. De lo contrario, la imagen optimista que el simpático y moderado González Pons traza al comparar el estado actual de su partido con las cenas de Nochevieja puede romperse en pedazos. “Sí, esa cena en la que los niños dan la lata y el cuñado no ayuda... Pero, después vienen el champán y las uvas y todo el mundo se pone a bailar y todo se revuelve”.

Al final va a ser verdad lo del capullo. La fase, digo.

viernes, 23 de mayo de 2008

'El túnel' de Sábato cumple 60 años


La historia de la literatura está plagada de confesiones. Pero pocos personajes han conseguido imprimirle, si se nos permite el “robo”, a la crónica de una muerte anunciada tanta fuerza como el Juan Pablo Castel de 'El túnel', la primera novela de Ernesto Sábato. Y todo desde la primera línea, desde aquel revelador “Bastará decir que soy Juan Pablo Castel,el pintor que mató a María Iribarne...”

La obra del escritor argentino cumple ahora sesenta años desde su publicación, pero se mantiene tan inquietante, verosímil y fresca como en el momento en que fue escrita, como demostró en el año 2006 Héctor Alterio al interpretar el personaje protagonista de la primera y fiel adaptación teatral de la obra.

El motivo literario no es en sí original, como tampoco es, por desgracia, infrecuente la repetición de este argumento en la vida “real”. Un hombre se enamora de una mujer, siente celos porque tiene otros amantes y la mata. Pero la descripción del proceso de obsesión que sufre el protagonista está tan vívidamente contado, que convirtió a este relato psicológico cercano a las tesis existencialistas –de hecho se ganó la admiración de autores como Albert Camus- en la obra de referencia del autor –aunque particularmente ‘Sobre héroes y tumbas’ me parezca muy superior- y la que dio a conocer a Sábato en todo el mundo.

El nonagenario escritor, como el también brillante Juan Rulfo, no ha sido un autor prolífico. Eterno aspirante al premio Nobel, Sábato cultivó el ensayo y la novela dentro de una lúcida obra que está atravesada de parte a parte por un sentimiento trágico de la existencia que, como en el mismo Unamuno –aunque por razones distintas- no renuncia a la esperanza de ver nacer un mundo mejor, menos deshumanizado y en el que los valores individualistas y materiales no expulsen los sentimientos de la solidaridad y la tolerancia, como dejó sentado particularmente dentro de su producción más reciente en su libro autobiográfico 'La resistencia'.

Ahora, sesenta años después de haber visto cómo todas las editoriales de Buenos Aires rechazaban el manuscrito de su primera novela (la publicó finalmente en la mítica revista Sur), una lectura ininterrumpida de su obra en la madrileña Casa de América servirá de modesto homenaje a uno de los más grandes novelistas en lengua española del siglo XX. En el acto, de una duración aproximada de cinco horas, participarán, entre otros, el cineasta colombiano Sergio Cabrera, el editor argentino Mario Muchnik y el escritor español José Luis Sampedro.

jueves, 22 de mayo de 2008

"Experience is the new reality"



¿Ciencia ficción o simple predicción? Desde luego, el contenido del vídeo (que descubro en el blog de Borja Ventura) no parece descabellado y deja en pañales muchos de los presupuestos sobre el futuro de la literatura o el cine fantástico.
Deja también en el aire algunos interrogantes: ¿está Google llamado a dominar el mundo? Y de ser así, ¿le importa a alguien?

Gide inédito

Ferdinand es un relato erótico de André Gide que había permanecido oculto hasta el 2002, año de su publicación en Francia por Gallimard. Ahora la editorial Cabaret Voltaire lo edita por primera vez en España en una edición ilustrada por Ricardo Fumanal y traducida por Lydia Vázquez Jiménez.

“Entre los papeles de mi padre –manifestó Catherine Gide con motivo de la publicación del relato en Francia-, encontré una pequeña novela erótica, fechada en 1907, titulada Le Ramier, La paloma torcaz. Por distintas razones, de amistad o de moralidad, Gide no la publicó. Atraído por nuevas aventuras e importantes trabajos, acabaría probablemente olvidándose de este texto. En cuanto al episodio que narra, ciertamente no necesitaba verlo publicado para recordarlo. Basta leerlo para darse cuenta del placer que le procuró vivirlo y relatarlo. ¿Puede conmovernos, aún hoy, esta iniciación amorosa? Desde luego la connivencia de uno y otro partenaire nos comunica una sensación de frescura y de poesía, y el relato transmite al lector la emoción del descubrimiento erótico, el regocijo de la complicidad, la victoria del deseo y el placer compartidos. Me parece éste un texto rebosante de alegría de vivir. No hay en él atisbo de perversidad. Confirma que es injusto y falso hablar de «comportamientos orgiásticos» en el caso de Gide. No era su estilo. He aquí pues un relato rico en matices, púdico, en un momento en que florecen multitud de publicaciones donde triunfa la sexualidad más cruda. Razón de más para editarlo.”

miércoles, 21 de mayo de 2008

Radio 3 o la renovación tranquila

Al final parece que no habrá escabechina.

La directora de Radio 3, Lara López ha desmentido en una entrevista concedida a Público las acusaciones que hablaban de una posible “comercialización” de la emisora más alternativa de la radio española para después del próximo verano. López, que sí habla de una necesaria renovación de la cadena –que incluiría “crear otro tipo de contenedores donde quepa una información más actualizada”- niega de plano los comentarios que apuntaban al fichaje de un locutor estrella para potenciar las mañanas, lo que considera “absurdo”, y asegura que en Radio 3 “hay grandísimos profesionales” que hacen inviable el traer a otros.

Sobre esta cuestión y para despejar cualquier tipo de duda, ha manifestado: “Yo jamás he pronunciado nada al respecto y nadie ha sido consultado en Radio Nacional a ese respecto, por lo que no me gustaría tener que desmentir algo que nunca he dicho”.

Desde luego, si la creemos –y no tendríamos por qué no hacerlo- supone todo un respiro para los amantes de Radio 3, que ya veíamos cómo algunos de los buques insignia del micrófono en nuestro país podían terminar saliendo por la puerta de atrás. Vamos, lo que viene ocurriendo en la RTVE de un tiempo a esta parte.

lunes, 19 de mayo de 2008

"En África, no todo el mundo muere de hambre"

[Visto en chiquiworld]

viernes, 16 de mayo de 2008

Bermejo, el cazador

A Mariano Fernández Bermejo, alias “el rojo” le gustan las cositas buenas. Ya sabíamos de su afición a la decoración de interiores y ahora descubrimos que le va también la caza, pero no cualquiera, sino la “mayor”, esa que al parecer sólo practican un 20% de los cazadores por su elevado coste.

Y es que al Señor ministro, sí, al mismo que acusó a los cazadores que el pasado mes de marzo se manifestaron en acto de repulsa hacia la nueva Ley de Patrimonio Natural, de ser “los de la escopeta nacional” –por sus grandes cotos privados y su nostalgia del NO-DO”-, a este humilde servidor de la Patria, le gusta más una montería que a un tonto un lápiz.

Según pública Época –que también se las ponen a huevo- en un reportaje titulado “Los cuernos de Bermejo”, al titular de Justicia –como se ve en la foto, donde aparece rodeado de quince de estos animales abatidos- le gusta pegarse unos tiritos a 2.000 euros el venado (3.000 por cabeza si supera el número de tres) en esas finquitas a las que acuden condes y vizcondes y otros nobles del montón.

En Época se preguntan de dónde saca Bermejo el dinero para practicar esta afición y en el caso de que sea invitado, si declara la donación. Y siendo esto importante, me parece realmente secundario. La estética es tan importante en estos casos como la ética, y que un ministrable que concurre a unas elecciones bajo las siglas del PSOE tenga tales caprichos, y se preste encima a retratar sus proezas –lo siento, pero en estos casos siempre de acuerdo de Franco asiendo un puñado de salmones- me parece francamente patético.

Me ahorraré desarrollar aquí lo que pienso sobre la casta de esos ecologistas –así se reconocen los tíos- que son los cazadores, personajes que se creen una especie de Indiana Jones de la naturaleza –ahí luchando por mantener el equilibrio de los ecosistemas (¿te quieres ir?)- mientras le pegan tiros a bocajarro a osos drogados, perdices amaestradas y ciervos acorralados. [Al final no me he podido callar]. Pero lo de Bermejo es bochornoso para un partido como el PSOE. Algo, no sé, como si viéramos a la vicepresidenta saltando la reja en El Rocío o a Carme Chacón bautizando a sus retoños en los Jerónimos.

Pegar a un padre

Siempre se ha dicho, como colmo de lo ignominioso, para tachar alguna actitud de abominable aquello de “está más feo que pegarle a un padre”.

Pero si los tiempos ya estaban cambiando cuando lo advirtió Dylan hace cuarenta años, ahora se han desmadrado, o despadrado, según contra quién dirija su ira el pequeño dictador de turno. Y si meter en una pecera de formol a un tiburón es arte -y se cotiza en millones de euros-, qué tendría de raro darle una guantá a la madre que te parió.

Los datos son inapelables. En el año 2007 la Fiscalía abrió diligencias a 237 menores de entre 14 y 18 años por maltratar a sus progenitores, un 30% más que en el año anterior.

La wii, el chiki-chiki, las redes sociales, pegarle a los padres. Cosa de las modas.

Los motivos que llevan a algunos adolescentes a morder la mano que les da de comer, suelen ser casi siempre los mismos, aunque el más común es el rechazo de algunos de estos muchachos a que se les lleve la contraria. Que no veas lo que jode. Exigir más dinero para salir con los colegas -que está la priva por las nubes- o negarse a cumplir con los horarios establecidos pueden ser así el desencadenante del conflicto. Generalmente, tras pegarle una patada a un tresillo o insultar al progenitor con un “vete a la mierda” o así, la cosa se apacigua. Ni que decir tiene que el chavea se sale finalmente con la suya. Pero, claro, siempre está el típico padre cabezón que no atiende a improperios, vamos que se gana un empujón cuando no una paliza, que no veas qué plasta.

Evidentemente, llegar a estos extremos es algo excepcional, aunque los especialistas advierten de que el pudor de los mayores o el miedo a represalias pueden hacer que el número de malos tratos sea mayor de lo que reflejan las denuncias. De lo que no cabe duda es de que se trata de un fenómeno emergente y en alza contra el que nadie se atreve a dar más soluciones que esgrimir un patético “la clave está en la educación”. Va a ser eso.

El caso es que un padre no puede tocar a un niño. Un maestro no puede tocar a un alumno. Un vecino no puede, no ya tocar al hijo del vecino, sino siquiera preguntarle si le importaría dejar de golpear la fachada de su casa con la pelota porque, claro, como es blanca -la fachada, digo-, pues eso, se arroala y no queda tan bien, ¿vale, majo? Por favor.

Y todo esto está muy bien. Es la Humanidad que camina exultante hacia su total liberación. Pero, la paradoja está en que la violencia no ha retrocedido. En todo caso ha basculado. En los patios de esos mismos colegios donde un alumno choca los cinco con el profe, los chavales siguen matándose, con el añadido de que las vejaciones que en ocasiones padecen los más débiles pueden tener repercusión mundial. Y en esos hogares en los que un padre no se atreve a darle una palmetada en el culo a su retoño -entre otras cosas porque ya es ilegal- se pueden llegar a vivir más tarde situaciones dramáticas.

De acuerdo, nadie dijo que iba a ser fácil. Pero, nunca lo fue. Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar el principio de autoridad? ¿Que el bien y el mal no pueden ser igualmente recompensados? ¿Que las cosas requieren un esfuerzo? Sé que suena antiguo. Para algunos, hasta reaccionario. Y es verdad que un padre que tenga esto en cuenta nunca será guay ni perita. Pero está por demostrar que no será un buen padre.

Vidas de reportaje

No es cosa de Ciencia Ficción, es el presente. ¿Estaba harto de que la memoria de sus antepasados se perdiera en el tiempo o terminara convertida en fantasiosa reconstrucción familiar? ¿Piensa que está bien eso de ir armado siempre con una cámara de fotos y otra de vídeo pero que pese a las miles de instantáneas y horas de grabación, se le escapa la esencia de sus más allegados? Todos tenemos una historia digna de ser preservada y si puede ser de forma profesional, mejor que mejor. Esto es lo que creen en Memoralia, una empresa recién creada que se dedica a preservar la memoria de cualquier ciudadano a través del llamado “periodismo de la memoria”, o “a domicilio”.

“Porque toda vida merece ser contada”, en Memoralia se encargan de recoger testimonios de allegados, y de consultar cualquier otra fuente con el objetivo de acumular los datos suficientes para condensar una vida. No importa cuán prolija o aburrida ésta haya sido. Ellos te lo preparan todo en apenas unos días.

Las posibilidades, claro, también varían en función del soporte y del presupuesto del que se disponga. Dependiendo del “envoltorio” -destacan el impreso y el audiovisual-, se puede elegir entre una amplia gama de ‘bios’ que va desde los 250 hasta los 2.500 euros.

Además, tiene la garantía de que los detalles turbios se omiten -¿recuerdan el filme ‘Minority report’ de Steven Spielberg, basado en el relato del maestro Philip K. Dick?-. A sus descendientes no les gustará ver esos pecadillos que todos hemos cometido. Al fin y al cabo, lo que se pretende es hacer “un panegírico con valor informativo y emocional”.

Este innovador servicio periodístico se alimenta de géneros como la entrevista, la crónica y, especialmente, el obituario –uno de sus fundadores se encargaba precisamente de hacer necrológicas en un periódico-, aunque este último, “tradicionalmente reservado a personalidades ilustres”, es puesto ahora “al servicio del gran público”.

Desde luego, potencialidad no le falta al asunto y no sólo porque el de los muertos sea un negocio bastante estable, sino porque sus impulsores ya se han dado cuenta de que se podía ampliar el público objetivo a cualquier ciudadano (a través de homenajes a trayectorias profesionales y personales, con motivo de aniversarios, jubilaciones, galardones, que pueden ser emitidos en galas o a través de Internet, etc.).

Así que no se desespere. Si esperaba que algún día la tele de su pueblo le rindiera el homenaje que sin duda merece por toda una vida de trabajo, o por su carisma, o porque el pueblo, leche, sólo tiene 100 habitantes y a alguien hay que sacar, ya ha llegado su momento. Coja esos ahorrillos y sea su propio guionista.

jueves, 15 de mayo de 2008

Errata Naturae. Todo un desafío editorial


En España no se lee tanto como sería recomendable, pero se edita mucho y también bien. Deben de andar más o menos por 60.000 los títulos que se publican anualmente pero, a pesar de este dato abrumador, siempre supone una noticia agradable el nacimiento de una nueva editorial, especialmente cuando, como en el caso al que me voy a referir, al buen gusto –apreciable en cada detalle, desde el papel, pasando por las ilustraciones de cubierta hasta el colofón-, al cariño por el trabajo bien hecho y a la ilusión que se presupone a todo aquel que se embarca en un proyecto de este tipo, se le une una concepción inteligente de la labor editora centrada en dar a conocer libros de esos apodados “raros”, alejados de los que suelen copar las mesas de las grandes cadenas de librerías e hipermercados. Estoy hablando de Errata Naturae Editores, un nuevo sello que acaba de echar a andar y que “pretende –como puede leerse en su página web- distanciarse de las imposiciones más ensordecedoras de la ineludible industria cultural.” Valentía, desde luego, no les falta.

Porque ese carácter de sello independiente, pequeño, no oculta la ambición, en el mejor sentido, ni la inteligencia desplegada por los responsables del sello, que se proyecta desde la propia elección del nombre. Debo a la amabilidad de Irene Antón, directora editorial, la siguiente justificación: “La editorial se llama Errata naturae, aludiendo así tanto a la “errata” (el error del editor) como al “monstruo” (el error de la naturaleza: el ser azaroso y trágico que con su mera existencia trastoca y pone en cuestión las leyes de la Naturaleza y de la Razón). Así, nuestra editorial se funda en un interés por libros híbridos, desdoblados y excepcionales que se esfuerzan por abrir y oponer posibilidades casi inimaginables dentro de una sociedad que pretende homogeneizar y normalizar cualquier tentativa de vida.”

Libros que se estructuran a través de cinco colecciones (Los Agripianos, Los Cinocéfalos, Los Polioftálmicos, La muchacha de dos cabezas y La oveja vegetal), las cuatro primeras dedicadas al ámbito del ensayo (filosofía, pensamiento crítico, cine, teoría del arte, ciencia, estudios políticos, sociología, urbanismo…) y una quinta centrada en la literatura. Lo singular de esta clasificación es que, además de obedecer a una lógica temática, cada colección tiene su historia propia, que “va ligada al relato de un personaje monstruoso y que recoge los valores legendarios que a estos seres se les atribuía en épocas como la Edad Media y el Renacimiento”. Aunque, con muy buen criterio, la iconografía clásica alusiva de estos seres ha sido reinterpretada y actualizada a los nuevos tiempos por un ilustrador.

De momento, han salido a la calle tres títulos. El libro de relatos ‘Pasar el invierno’, de Olivier Adam, autor aún inédito en España, pero que obtuvo el Premio Goncourt de Relato por esta obra; un ensayo del filósofo Jean-Luc Nancy (con sendos estudios introductorias a cargo de Alberto Elena y Víctor Erice), titulado ‘La evidencia del filme’, centrado en el cineasta Abbas Kiarostami; y el de más reciente aparición, otro ensayo, en este caso de Sadie Plant sobre la Internacional Situacionista en el contexto de Mayo del 68. Su nombre: ‘El gesto más radical’.

La apuesta está clara. Menos Zafón y más Onfray. Editar bien buenos textos. El riesgo, sinceramente, me parece total. Un desafío. Pero, como ha ocurrido con Acantilado –camino ya de su primera década de existencia-, deseo que salgan triunfantes. De momento, lo mejor que podemos hacer es zambullirnos en sus primeras invitaciones.

Un cuadro de récord


Reconozco que siento una especial debilidad por la obra de Lucian Freud, quizás con Francis Bacon y Anselm Kiefer, uno de mis pintores favoritos de los últimos cincuenta años. De ahí que, a pesar de que esto del mercado del arte tenga en ocasiones mucho de engañabobos -a mí la obra de Damien Hirst, el del tiburón conservado en formol, no me parece otra cosa-, me haya alegrado de que un cuadro de este artista haya batido el récord mundial en subasta de un artista vivo: 33,6 millones de dólares (unos 21,7 millones de euros).

La obra en cuestión es ‘Benefits Supervisor Sleeping’, una de las piezas estelares de las subastas de arte contemporáneo y de posguerra que se han desarrollado en Christie's y proseguirán en Sotheby's.

Sin duda una prueba de que no hay crisis que valga cuando hablamos del arte –más bien al contrario, se ha convertido en un valor muy apetecible para los grandes inversores- y, por supuesto, de que los buenos generalmente son caros.

miércoles, 14 de mayo de 2008

All about Telma

Todo lo que quisiera decir -o al menos la esencia de lo que opino- sobre el juicio de Telma Ortiz Rocasolano contra la prensa del corazón, lo ha expresado ya Manuel Alcántara en su columna de este miércoles:

"La fama, que es la prima de pueblo de la gloria, trae estas cosas. Los que en las esquelas se llaman «y demás parientes», adquieren una notoriedad inmerecida y mucha gente desea saber algo de sus vidas y milagros, sobre todo de sus vidas, ya que lo milagroso es que se hayan hecho célebres estas criaturas de nulo relieve social. Habría que establecer un tratado de límites. Algo que impidiera agobiar a la gente que se hizo conocida y a la vez nos permitiera a nosotros seguir teniendo el gusto de no conocerla."

Muere Robert Rauschenberg, el padre del arte pop

Robert Rauschenberg, Express (1963), Museo Thyssen-Bornemisza

Cuentan -lo leo en un magnífico artículo en ABC- que el músico John Cage fue uno de los primeros que compró un cuadro de Robert Rauschenberg cuando éste empezó a exponer en Nueva York. El artista invitó a Cage a su estudio, donde el improvisado mecenas descubrió con horror que el único asiento disponible -un colchón- estaba lleno de bichos que picaban como el demonio. Apiadado, ofreció al artista alojarse en su propia casa mientras él estaba fuera de la ciudad. Rauschenberg, ni corto ni perezoso, aprovechó para repintar de negro de arriba abajo su propio cuadro comprado por Cage, para incorporarlo así a su período negro recién inagurado. Cage, que nunca se caraterizó por su ortodoxia artística, se quedó estupefacto.

Cosas de artista, sin duda, de artista grande capaz de situarse por encima de su propia excentricidad. Porque Rauschenberg, fallecido este lunes a los 82 años en Captiva (Florida), era un provocador. Lo fue durante toda su vida y durante toda su obra. Sus célebres cuadros en blanco, presentados como “hipersensitivos” -aseguraba que esas telas eran capaces de captar las variaciones de actitud y de humor de sus espectadores-, dan buena muestra de este espíritu transgresor: recogió desechos en la calle para reciclarlos en arte, diseñó portadas de discos -inolvidable su trabajo para los Talking Heads, que le reportó un Grammy- y cuentan que en una ocasión complació con gusto a un crítico que le sugirió arrojar algunas de sus creaciones al río Arno (Roma). Chof.

Para la historia del arte quedará como la figura más representativa del pop art junto a Roy Lichtenstein y Andy Warhol, aquel que rompió la coraza expresionista abstracta de De Kooning y Jackson Pollock, que ejercían su dominio en el arte norteamericano de posguerra. Como persona, sus anécdotas se cuentan por centenares. Un creador singular. Un hombre de arte con mucho arte.

Artículo recomendado: 'Robert Rauschenberg, American Artist, Dies at 82' (The NY Times)

martes, 13 de mayo de 2008

El cartelito

[Fuente: Público]

Hace no muchos años se podían ver carteles de este tipo en establecimientos situados en la frontera con Francia. Entonces los "rumanos" éramos nosotros.

Este aviso apareció a la entrada de una tienda de electrónica -una librería ya se ve que no era- en Alcudia (Mallorca). Al parecer, los propietarios estaban cansados de los reiterados robos que rumanos -que no perros- habían perpetrado en el local.

Actualmente, el cartel, que ha levantado una agria polémica a nivel diplomático entre los dos países,ya ha sido retirado y las autoridades españolas, que consideran el suceso un hecho aislado, siguen investigando. Pero, de momento, ni han aparecido los cerebros de los propietarios de la tienda -a los que por tanto no han podido someter a interrogatorio- ni tampoco las pertenencias que les fueron sustraídas. Algunas fuentes no descartan la hipótesis de que fueran los mismos rumanos lo que 'guindaron' los cerebros, que más tarde dieron de comer a sus perros.

Todo encaja.

Ahora le toca a Radio 3

Desde que en la pasada legislatura RTVE decidiera poner en marcha la mayor “reestructuración” de su historia muchas han sido las noticias, casi siempre malas, que el ente público ha ido generando. El recorte de un 40% de los trabajadores fue sin duda la decisión más polémica que los directivos de la radiotelevisión pública tuvieron que adoptar y sólo a costa de generosísimas prejubilaciones pudieron doblegar la resistencia de los trabajadores. El precio, sin embargo, fue más alto que el meramente económico. Con la regulación de empleo los medios públicos dejaban de contar casi de la noche a la mañana con buena parte de la mejor y más experimentada generación de profesionales que han tenido la radio y la televisión de este país. Técnicos, operadores de cámara, editores de vídeo, reporteros, corresponsales, presentadores, nombres como Antonio Gasset, José Ángel de la Casa, Agustín Remesal, Pedro Barthe, Ignacio Salas, Valentín Requena, Juan Manuel Gozalo, Julio César Iglesias, José Antonio Maldonado, Paco Monteseoca…, salían por la puerta de atrás y con ellos, el nivel del sector audiovisual en nuestro país descendía irremisiblemente un par de peldaños.

La excusa esgrimida para aplicar el Expediente era el intento de sanear las deficitarias cuentas de la corporación pública. Pero, pronto se vio que intención tan loable o estaba siendo mal enfocada o sencillamente era una excusa no precisamente barata.

A medida que los costosos “fijos” de toda la vida se marchaban, comenzaba (en realidad se incrementaba) el gran festín para las productoras que, como todo el mundo sabe, trabajan por amor al arte. La televisión pública comenzaba a funcionar como una privada, sólo que con fondos de los contribuyentes y perdiendo audiencia a marchas forzadas.

La ventaja que tenían quienes han ejecutado esta operación es que podían actuar de forma prácticamente impune. La dócil audiencia - otro gallo cantaría si le llegara puntualmente la factura a su casa- sólo tiene que apretar un botón para huir del problema. Los políticos, por su parte, bastante tienen con pelearse por ver cuántas veces salen más o menos que los otros en los informativos. Total, que entre unos y otros la casa sin barrer y el desgobierno reinando.

Si entre medias, la tele pública adopta los vicios, aunque ninguna virtud, de las privadas (sólo hay que ver cómo han desperdiciado el tirón comercial de series que otros habrían convertido en líderes de audiencia), no pasa nada. Como tienen adquiridos los derechos del Mundial de motos, todo el día motos, si un bicampeón de F1 corre ese día, que le den. Que el Madrid y el Barça están jugando en ese mismo instante, a quién le importa. No vaya a ser que todavía haya alguien en todo el país que no se haya enterado y ponga Telecinco. Ellos, por si acaso, a hablar de la segunda ronda de uno de los trescientos torneos que va a ganar Nadal. Del criterio periodístico, si te he visto no me acuerdo.

Y así, una detrás de otra. De forma constante, tirando por la borda la reputación que algunos, los que ahora se van con una suela de ejecutivo pegada al culo y un cheque en el bolsillo, tardaron décadas en levantar, en muchas ocasiones peleando contra la censura del Régimen anterior.

De ahí que me haga cierta gracia el anuncio de su nueva web. Y no porque me parezca mal, al contrario. Sino porque, contando con medios casi ilimitados, han tardado una eternidad y media en crearla dejando mientras tanto que cualquier usuario se topara con la web corporativa más lamentable de la historia de los medios en Internet.

Y, lo reconozco, tal vez parezca irritado. Pero es que lo estoy. Porque la gota que ha colmado este vaso de despropósitos ha sido la noticia de que Radio 3 se prepara para que le den, además de por donde están pensando, un lavado de cara que incluye, entre otras cosas, la elaboración de un magacín que presentaría el humorista catalán Manel Fuentes.

El programa del ex-Crónicas iría directamente a la mañana y podría desplazar al mítico ‘Siglo 21’, de Tomás Fernando Flores. Pero, los cambios, no se quedarían aquí. Una vez perdida la vergüenza los remilgos morales desaparecen. Y programas como ‘Disco grande’, ‘Discópolis’, o ‘Diálogos 3’ (si es que me contengo, leche), con Ramón Trecet, podrían también estar en la cuerda floja.

Y dirán ustedes: después de haber ayudado a marcharse a todos los citados más arriba y otro sinfín, ¿a qué viene esta extrañeza? Y yo respondo. Porque, demonios. Todo tiene un límite. Y tratar de convertir a Radio 3 en una cadena generalista de éxito como M80 o Los 40 es que es de una mentecatez que tira patrás. Y digan lo que digan los que mandan ahora, con las “innovaciones” que se han ido anunciando no pretenden mantener a la actual audiencia, que muy probablemente saldrá expulsada, y lo saben, sino intentar llevarse un pedazo más grande pero de otro pastel muy distinto.

Según el último EGM, Radio 3 es seguida por 290.000 oyentes. Desde luego, más de los que yo pensaba pero sin duda muchos menos de a lo que aspiran estas mentes preclaras que en vez de preocuparse porque Radio 1 deje de ser la cuarta más seguida entre las cadenas generalistas del país, a más de tres millones de la SER, ahora meten sus manazas en una radio pura y sin concesiones y si lo puedo expresar así, que hacía un gran bien a muchos –esa minoría cualificada de la que beben artistas, oyentes exigentes y algún membrillo también, como servidor- y ningún mal a nadie.

Ésta promete ser la penúltima que nos metan doblada (igual lo próximo es nombrar a Risto Mejide director de Radio Clásica). Lástima que sólo haya un Pérez de Albéniz por millón para, si no cambiar las cosas, por lo menos sacarle los colores a estos hiperbienpagados pintagráficos. No hay duda de que les vendría bien dejar el maletín y la pda de vez en cuando y coger en su lugar una guitarra. O simplemente, abandonar por un día los exclusivos restaurantes en los que como en un tablero de Risk juegan con una de las profesiones más nobles y al tiempo más pisoteadas de este país, y sentarse un día en su salita, a eso de la sobremesa y poner esa emisora que sin pestañear están dispuestos a “transformar”. Puede que mientras dejan reposar su cabeza en el sillón, una voz les envuelva y les lleve más allá de lo que hubieran podido jamás imaginar. Es un fado. Pasados los tres minutos, es la voz de un señor mayor la que, pese a su serena contención, deja traslucir su emoción por mucho que sea la millonésima vez que escucha a Mariza.

Qué tontería, ¿verdad?

Recomendado para directivos

lunes, 12 de mayo de 2008

¿Tradición, devoción, fanatismo o papanatismo?

[Imagen: El País]

A las 2.32 am del lunes 12 de mayo del año 2008 dC, miles de almonteños proceden al tradicional "salto de la reja", que te tengo que decir, una cosita a la oreja...

La mística rociera se desata en este punto. Después de haber sido bautizados, de cruzar el divino río ('El Quema'), de haber bailado y cantado hasta la extenuación sobre el polvo del camino, de haberse aliviado detrás de cualquier árbol (ay, dioses protectores), y haberse puesto púos de rebujito, llega el momento que da sentido (sic) al hecho de haberse cogido las vacaciones en mayo. La Virgen (sic) es asaltada literalmente por sus hijos (sic), quienes se disputan a porrazos el derecho a portarla. Todos quieren tocarla, vaya usted a saber por qué, aunque probablemente por atribuirle a la talla algún tipo de poder sobrenatural del que esperan obtener algún favor (¿tal vez hacerles tolerable la resaca?), o simplemente por garantizarse un buen puesto para salir al día siguiente en todas las teles nacionales y poder decirle a la novia: ¿Hah vihto qué uevoh tengo?.

Pero, claro, siempre puede ser que uno sencillamente no entienda ná. Por insensible y ateo (no sé por qué orden) mayormente. Bueno, y un poco también, porque aún nadie ha podido hacerle ver que tales cosas sirvan para algo y tengan un mínimo de sentido, aun suponiendo, que ya es suponer, que Dios exista y que su hijo se reencarnara hace dos mil años para redimirnos de nuestros pecados.

Actualización:

-De obligada lectura el artículo de Teodoro León Gross, 'El Rocío' publicado este martes 13 de mayo en Diario Sur.
-De obligada indignación la noticia aparecida en 'Público': "Cuando el jinete es más burro. El Rocío se salda con 23 caballos muertos por agotamiento, inanición o maltrato".

viernes, 9 de mayo de 2008

Hogueras

Alemania recordará este 10 de mayo una de las fechas simbólicamente más infaustas dentro del abominable escenario del que fue protagonista durante los años más oscuros de la reciente historia de la humanidad: el 75º aniversario de la quema de libros de la Bebelplatz de Berlín.

Miles de libros de autores considerados “peligrosos” y “antigermánicos” fueron arrojados a la hoguera por los voluntarios de las SA y ciudadanos corrientes, en lo que supuso la culminación del proceso de purga que el Nacionalsocialismo había estado realizando desde su llegada al poder en los círculos intelectuales y académicos.

Desde su atril, el inteligente y perverso Goebbels proclamaba: “Alemania comienza a limpiarse interna y externamente”, y qué mejor manera que una ceremonia en forma de medieval aquelarre, para representar el sacrificio que el Imperio de los Mil Años estaba dispuesto a ejecutar en los años siguientes.

Dicen que Sigmund Freud comentó al ser informado del levantamiento de las piras: “Es un gran progreso con respecto a la Edad Media. Ahora queman mis libros, pero entonces me hubieran quemado a mí”.

A resultas de las purgas bibliográficas nazis, la obra de numerosos autores contemporáneos “menores” -no los Zweig, ni Brecht ni Heinrich Mann- literalmente fue borrada el fuego. Y a pesar de que, como dice el novelista Philip Roth, “todos los escritores quemados por el III Reich fueron dignificados por las llamas”, tres cuartos de siglo después de los hechos, podemos contemplar esta destrucción como una victoria póstuma de la barbarie nazi de la que conviene tomar buena nota.

Evidentemente, no se trata de un caso excepcional. Desde que algún grupo de fanáticos destruyera las primeras tablillas sumerias hasta los casos de censura que siguen produciéndose en dictaduras de todo el mundo -véase el caso de Myanmar, antigua Birmania, donde la ayuda humanitaria como consecuencia del paso de un tifón está llegando con cuentagotas, por miedo al “contagio extranjero”-, la tentación de fulminar obras “perniciosas” ha resultado irresistible y no ha habido credo o ideología que no haya elaborado a lo largo de la historia su particular índice de libros prohibidos, cuando no depurado directamente a sus autores.

En esto, como en todo, siempre hay quien se distingue por su grado de excelencia. La Iglesia católica, por ejemplo, alcanzó un nivel de sofisticación admirable a la hora de borrar aquellos textos poco convenientes para la doctrina. Así, no tuvieron ningún problema en liquidar nueve décimas partes de los escritos de los paganos griegos, aunque, eso sí, supieron meter a Platón y Aristóteles en el dogma, aunque al precio de miniaturizar su pensamiento de forma en ocasiones ridícula.

Será por eso que me sigue conmoviendo particularmente el caso de Giordano Bruno. Cuentan que, tras serle leída la sentencia en donde se le declaraba “herético, impenitente, pertinaz y obstinado” que lo condenaba a morir en la hoguera, se dirigió así a sus jueces: “Tembláis más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla”.

Como los olvidados escritores alemanes y judíos -muchos ambas cosas- borrados hace 75 años, la Historia también lo ha absuelto de sus imaginarios crímenes.

jueves, 8 de mayo de 2008

El futuro del sistema público de pensiones



[Visto en El descodificador]

miércoles, 7 de mayo de 2008

Sarkozy, un año muy "movido"











La madre del artista

Algo tiene la narrativa de Michel Houellebecq que repugna al tiempo que fascina. Sus personajes sombríos y perturbados, neuróticos, sus mundos sórdidos, miserables despiertan aversión al tiempo que consiguen atrapar al lector, quien se ve envuelto frente a toda resistencia en la tupida y pegajosa tela de araña que el escritor construye en cada uno de sus novelas, en libros que sirven de escenario a las más bajas pasiones, nihilistas, que radiografían los ángulos más tenebrosos de nuestro tiempo. Houellebecq es un provocador dentro y fuera de sus novelas, lo que le ha granjeado una merecidísima fama de 'enfant terrible' en Francia y el resto del mundo que, sin embargo, devora cada uno de sus libros desde que con ‘Las partículas elementales’ fuera elevado a la categoría de autor de culto. Quizá, precisamente su merito haya estado en lograr doblegar la moral al uso y obligarnos a mirarnos a nosotros mismos en nuestro propio espejo. Un espejo deformado, como en esas galerías de parque de atracciones que multiplican por mil nuestros defectos.

Y en esta tarea de desvelamiento, que no disimula su placer vouyerista –onanista también- no se ha detenido ante nada, y no contento con arremeter sucesivamente contra la herencia de Mayo del 68, el Islam o el feminismo, llegó hasta el punto de convertir a su madre –de quien en alguna entrevista llegó a decir que estaba muerta- en personaje de opereta.

Y la madre, claro, que no estaba muerta, sino de parranda, al final ha explotado.

“A mi hijo que le dé por el culo quien quiera y [que lo haga] con quien quiera (...). Pero si, por desgracia, cita mi nombre en algún chisme, se va a llevar un palo en la cara que le va a sacar todos los dientes, eso seguro!”, ha escrito Lucie Ceccaldi, la madre del artista, en ‘L’Innocent’e, un volumen que publica este miércoles 7 de mayo la editorial Scali, en el que ajusta cuentas con su célebre hijo. A Ceccaldi, de 83 años, no le gustó un pelo que su retoño la retratara como una egoísta y odiosa ninfómana en ‘Las partículas elementales’, y ha decidido tomarse la revancha, y de paso, ganarse unos cuartos.

En la novela, la más vendida del autor, la madre de los dos protagonistas, que curiosamente se llama Ceccali, es presentada como una mujer egoísta, indiferente al amor filial, que se encuentra inmersa en los movimientos de liberación de mayo del 68. De hecho, el personaje no duda en abandonar a sus dos hijos, los hermanastros Bruno y, curiosamente, Michel, para irse de picos pardos.

Los paralelismos con la vida real del autor resultan evidentes si tenemos en cuenta que con sólo cinco años, Lucie envió a Michel con sus abuelos y se lanzó a recorrer África en un Citroën dos caballos. Esta circunstancia parece ser que dejó marcado al pequeño, quien más tarde iría dibujando en sus novelas un perfil nada halagador de la figura materna en general y de su madre en particular. Lo que, si se mira bien, y a tenor de algunas de algunas de las perlas que mami desperdiga por su libro, puede hasta comprenderse: “Nunca me ha salido eso de decir, hijo mío, eres lo más bonito del mundo –afirma la Ceccaldi-. No, mi hijo es un pequeño gilipollas”.

Aún así, la sufrida madre deja una puerta abierta a la reconciliación, aunque eso sí, muy, muy pequeña: “Con Michel Houellebecq, mi hijo, podré volver a hablar el día en el que salga ante todo el mundo, con ‘Las partículas elementales’ en la mano, y diga : ‘Soy un mentiroso, soy un impostor. He sido un parásito, no he hecho nada más en mi vida que daño a todos los que me rodean, y pido perdón".

En fin, parece que la conciliación es casi tan improbable como que un camello pase por el ojo de una aguja, incluso más que un rico vaya al cielo.

[Artículo recomendado por soitu]

domingo, 4 de mayo de 2008

Chantaje

Hagan conmigo un ejercicio de imaginación, o de empatía. Supongan que de la decisión que adopten depende la vida de un grupo de compatriotas inocentes, a los que no conoce personalmente, pero a cuyos familiares no cesa de ver en televisión pidiendo su intermediación, depositando en usted su confianza. No en vano, la vida de sus maridos o padres está en sus manos.

Suponga que dispone de fondos ilimitados para liberar a ese grupo de hombres que, mientras hacían su trabajo, han sido secuestrados por unos criminales. Y que todo lo que tiene que hacer para poner fuera de peligro a esos hombres inermes es pagar una cantidad de dinero, irrisoria si la comparamos con los posibles que usted maneja.
Claro, ya saben que estoy hablando del reciente secuestro de los marineros del barco ‘Playa de Bakio’ en costas somalíes y del pago no reconocido, pero perfectamente reconocible, de una cantidad que podría rondar el millón de euros por parte del Gobierno español. Pero, lo que yo les pregunto (y me pregunto) es qué habrían hecho ustedes (qué habría hecho yo) si hubieran tenido que tomar una decisión. Tengan en cuenta antes de responder, y para terminar de ponerse en el lugar del otro, que usted o un familiar suyo podría encontrarse en la situación de las víctimas.

Una de las primeras cosas -si conseguimos dejar por un instante de lado, de ponerle nombre, rostro e historia a cada uno de los 26 pescadores- que se nos vienen a la cabeza, es que un Estado no puede ceder al chantaje de un grupo de terroristas desalmados. Entre otras cosas, porque ese dinero que sirve para liberar a unos, está llamado a servir de presupuesto para el secuestro -y quién sabe si para el asesinato- de otros. Este dilema lo conocen muy bien en países como Colombia, donde sucesivos gobiernos han intentado -aunque no siempre cumplido- oponerse al pago económico o al canjeo de prisioneros con los distintos grupos guerrilleros en base al mismo argumento: no se puede ceder ante el chantaje.

En España, gracias a ETA -a la que sólo podemos agradecerle calamidades-, el debate también ha sido especialmente intenso, aunque, por sensible, no excesivamente aireado. El ejemplo más notorio y frecuente tiene que ver con el pago del llamado “impuesto revolucionario”, de nuevo de actualidad en los últimos días.

Como en el caso de los marineros del ‘Playa de Bakio’, alguien es extorsionado para garantizar su seguridad y, en este caso, la de su familia. El debate ético es el mismo. El dinero que yo dé a esta gentuza -piensa el aterrorizado empresario vasco que recibe la misiva-, servirá para extorsionar y asesinar a otros. ¿Aceptarlo no es por lo tanto mancharse también uno las manos de sangre?
La diferencia radica en que en el primer caso caso, el que paga no es un individuo anónimo, sino un gobierno, un Estado que representa la voluntad de todo un país. Pero, al fin y al cabo, compuesto por hombres como usted y como yo, con hijos y mujer y sentimientos compasivos y dudas y miedo.

¿Qué hubiera hecho usted? Yo sólo puedo decir que no lo sé. Y que espero no tener que elegir nunca, como aquel soldado francés al que Sartre ponía como ejemplo, entre mi madre y la Patria.

sábado, 3 de mayo de 2008

Otra de portadas repetidas



Decía Ignacio Escolar, director de Público, a propósito de la decisión tomada por el diario de llevar a su portada el lanzamiento de un videojuego que “siempre es discutible cuál es la noticia más importante del día: por eso no es habitual que todos los diarios del planeta coincidan en su portada, algo que sólo pasa los días históricos”. Nosotros ya insinuamos que tal afirmación (no en cuanto al carácter problemático de la elección sino en lo tocante al hecho mismo de que los diarios no terminen coincidiendo frecuentemente en sus portadas) sí que podía resultar "discutible". Y la terca realidad nos ha dado un ejemplo reciente que extraigo del impresicindible blog 'maquetadores'. La noticia del día, en este caso correspodiente a las ediciones del 30 de abril de los cuatro rotativos observados -entre los que se encuentra el propio Público-, estaba clara. El Barça perdía su última oportunidad por seguir luchando por ganar un título esta temporada. Pero, ¿era necesario coincidir tanto? Ustedes mismos.

Última imagen

Bajo el título 'Última imagen', la sección española de Reporteros sin Fronteras ha lanzado esta impactante campaña para conmemorar el Día internacional de la libertad de prensa, que se celebra este 3 de mayo.
Los creativos de Saatchi&Saatchi se han inspirado en las últimas imágenes captadas por Will, muerto por disparos de los antidisturbios mientras filmaba una manifestación en el estado mexicano de Oaxaca en octubre de 2006, para crear una campaña que trata de recrear lo que pudo haber sido la última mirada del reportero y que homenajea a otros compañeros fallecidos mientras desempeñaban su trabajo. Se trata, además del propio Brad Will, de profesionales como Ricardo Ortega, caído en Puerto Príncipe en 2004, Juantxu Rodríguez, muerto en Ciudad de Panamá en 1989, y Jordi Pujol i Puente, que perdió la vida en Sarajevo en 1992.
El mensaje trata de despertar nuestras conciencias ante los riesgos que muchos profesionales del periodismo afrontan en diferentes lugares del mundo, que carecen de nada cualquier cosa parecida a la libertad de expresión y acerca de la inseguridad general de un mundo en el que la violencia se enseñorea convirtiendo en diana a todo aquel que disienta o simplemente esté dispuesto a contar lo que está pasando. Sólo en el año 2007, 87 periodistas fueron asesinados

viernes, 2 de mayo de 2008

El 2 de mayo en portada dos siglos después




El "Fulano colectivo" o el 2 de mayo galdosiano

“Era aquella la primera vez que veía al pueblo haciendo justicia por sí mismo, y desde entonces le aborrezco como juez”.
En estos terminos rememora Gabriel Araceli, protagonista de 'El 19 de marzo y el 2 de mayo' -“que se dio a conocer como pillete de playa y terminó su existencia histórica como caballeroso y valiente oficial del ejército español”, los sucesos que han pasado a la historia consignados como el “motín de Aranjuez”, “primera página del libro de nuestros trastornos contemporáneos”.

El personaje, que ejerce de cronista en la primera serie de diez capítulos de los 'Episodios nacionales' –y por mucho que la perspectiva temporal del narrador sea contemporánea del autor en el momento de la escritura de los 'Episodios' (1873 -1874)-no puede simplemente ser considerado como un alter ego de Galdós, aunque todo hace apuntar a que el sentimiento que recrea puede encontrar su paralelo en la propia vida del escritor canario. En 'Memorias de un desmemoriado', Galdós nos sitúa ante la primera vez que vive en primera persona las revueltas y disturbios que la capital de España padeció innumerables veces a lo largo del siglo XIX y que él mismo reflejó en su colosal obra y de forma concreta en la novela citada, sin riesgo a equivocarnos, la pieza literaria que mayor influencia–de forma equiparable a los dos célebres cuadros de Goya en el terreno pictórico- ha ejercido sobre nuestra mirada acerca de uno de los hechos más importantes de la historia reciente de España.

“Presencié, confundido con la turba estudiantil –dice Galdós su autobiografía -, el escandaloso motín de la noche de San Daniel -10 de abril de 1865-, y en la Puerta del Sol me alcanzaron algunos linternazos de la Guardia Veterana, y en año siguiente, el 22 de junio, memorable por la sublevación de los sargentos en el cuartel de San Gil, desde la casa de huéspedes, calle del Olivo, en que yo moraba con otros amigos, pude apreciar los tremendos lances de aquella luctuosa jornada. Los cañonazos atronaban el aire… Madrid era un infierno”.

Sin duda, tales imágenes tuvieron que impresionarle muy vivamente, y lejos de rehuir el análisis, de adoptar una postura de aristocrático desdén, no dudó en meterse de lleno entre las llamas para destramar la compleja realidad social de nuestro país en el siglo de las revoluciones liberales y los reflujos conservadores.

Benito Pérez Galdós, décimo hijo de un coronel del ejército, heredó muy pronto de su progenitor – quien le contaba historias de la Guerra de la Independencia, en la que había participado- el gusto por las narraciones históricas. De ahí que pese a que no fuera hasta 1.873 cuando empezó a publicar las cinco series de diez capítulos cada una –la última inacabada, sólo llegó al sexto- que formaban su inmenso fresco sobre el siglo XIX español, desde Trafalgar hasta la restauración borbónica, puede decirse que ya desde su niñez fue desarrollando sus inigualables dotes de observación hasta el punto de hacer de este aspecto una herramienta primordial de su trabajo como creador. Ya en 1870, en un ensayo titulado “Observaciones sobre la novela contemporánea en España”, Galdós afirma que los españoles son poco observadores, siendo ésta “la principal virtud para la creación de la novela moderna” y que, por tanto, no se ha llegado a escribir aún “la novela de verdad y de caracteres, espejo fiel de la sociedad en que vivimos”.

El proyecto–sin parangón en todo el orbe europeo- de reflejar los hechos de la historia nacional que marcaron el destino colectivo del país, encuentra pues en Galdós al único hombre capaz de acometer semejante empresa. Alguien dispuesto a viajar por toda España en vagones de ferrocarril de tercera clase, codeándose con las clases más bajas, de hospedarse en posadas de tres al cuarto, alguien que no duda en pasear rutinariamente por Madrid para espiar conversaciones ajenas que le servirán de materia prima para la elaboración de los vivaces diálogos que pueblan sus novelas.

Esta sensibilidad para el lenguaje popular -Baroja decía de él que “sabía hacer hablar” al pueblo- se revela en toda su plenitud a lo largo de los 'Episodios Nacionales'. Ahí, su estilo, que se asemeja por momentos al cervantino, busca la naturalidad, dejando paso a un estilo ya conversacional o narrativo con tendencia, en ocasiones desbordada, hacia lo castizo, atravesado por el humor y la ironía, y preñado de términos corrientes cuando no vulgares. En definitiva, incorporando de forma decidida los registros del habla viva.

Pero dentro esa misma labor de trazar un gran cuadro histórico de la sociedad española, de novelar “todo lo que va de esta centuria, sin términos medios, magnífica o miserable, en nuestra patria”, de recrear “las profundísimas emociones que agitan el alma social” la misma mirada que vuelca sobre los ciudadanos como sujeto histórico se vuelve ambivalente.

Galdós tiene claro en todo momento que no sólo pertenecen a la historia los grandes acontecimientos y las figuras destacadas, los reyes y sus cortes, la nobleza y los altos mandos del ejército, sino que también debe ocupar un pel central la vida privada y anónima de la sociedad de su tiempo, de esos seres que apenas han dejado huellas “en el campo de la historia anónima, es decir de aquella historia que podría y debería escribirse sin personajes, sin figuras célebres, con los solos elementos del protagonista elemental, que es el macizo y santo pueblo, la raza, el Fulano colectivo”.

Y convierte a ese “Fulano colectivo” en protagonista de su relectura de la gloriosa jornada del 2 de mayo. Aunque, eso sí, sin perder de vista que el hecho histórico ha de dejar paso al artístico. En definitiva, tratando a “la sociedad española como materia novelable”, como título su discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua (1889).

Pero, de tamaña ambición se deriva probablemente la dificultad de condenar o a absolver al pueblo madrileño durante el "levantamiento". Al fin y al cabo, la finalidad, repetimos, es en primer término artística y el acercamiento a la historia comprensivo antes que aleccionador. Aunque decir que el autor mantiene una actitud de neutralidad valorativa sería tan exagerado como impropio del género que con gran destreza maneja.

La postura más crítica con el “vulgo” se encarna en el personaje del cura D. Celestino, cándido protector de la amada de Gabriel, quien resume su repugnancia ante el levantamiento en palabras como éstas “Hijo mío, me parece que veo la corona de España paseada por los patanes y los majos en la punta de sus innobles garrotes”. A lo largo de la novela, el pueblo tan pronto se muestra heroico, como vil, ávido de justicia como pendenciero y cruel. Aunque, a medida que avanza el relato y las tropas francesas comienzan a controlar la situación, la empatía con el pueblo madrileño, primero traicionado por sus reyes y gobernantes, y ahora conquistado y sojuzgado por el invasor galo, va abriéndose paso. En este punto, el relato alcanza todo su vigor, la escena registra sus colores más intensos. Y, al tiempo que las navajas relucen al sol madrileño y el miedo se apodera de las sorprendidas huestes del emperador, se obra el milagro, el momento de la comunión plena, en el que la “turba” se convierte en “pueblo”:

“La campana de ese arrebato glorioso no suena sino cuando son muchos los corazones dispuestos a palpitar en concordancia con su anhelante ritmo, y raras veces presenta la historia ejemplos como aquél, porque el sentimiento patrio no hace milagros sino cuando es una condensación colosal una unidad sin discrepancias de ningún género, y por lo tanto una fuerza irresistible y superior a cuantos obstáculos pueden oponerle los recursos materiales, el genio militar y la muchedumbre de enemigos. El más poderoso genio de la guerra es la conciencia nacional, y la disciplina que da más cohesión, el patriotismo”.

Cabe hacer –como de hecho está ocurriendo en este año de conmemoración- una lectura en clave patriótica de este “episodio”, así como del resto del corpus galdosiano. Esta circunstancia, el que más de un siglo después la obra siga sujeta a interpretación y controversia, es –más allá de efemérides- la mayor prueba de su vigencia. Pero limitarse a extraer lecciones políticas del texto sería menospreciar el talento literario de su autor. La novela representa antes que cualquier otra cosa el triunfo de la literatura, capaz de trascender el dato histórico y de sumergirnos en un tiempo que por mucho que nos empeñemos no es el nuestro, aunque su crítica feroz a la intolerancia ideológica siga siendo tan pertinente ahora como hace dos siglos.

jueves, 1 de mayo de 2008

Diferenciarse o morir

Diferenciarse o morir. En Público tienen claro desde el principio que si quieren encontrar su hueco en el saturado mapa de la prensa española, competir con los diarios generalistas ya consolidados y con las masivas tiradas de los gratuitos, tienen que echarle imaginación a la cosa y apostar por fórmulas más heterodoxas de las que estamos acostumbrados. Si para lograrlo tienen que poner en portada el lanzamiento de un videojuego -por el que dicen, no han cobrado- pues se hace y punto.

De momento, los resultados del EGM del primer trimestre del año invitan al optimismo, señal de que la fórmula puede que no sea tan descabellada. Los responsables del rotativo de Mediapro son conscientes de las dificultades del proyecto. Dirigirse al sector más joven de la sociedad española y, por lo tanto, al más integrado dentro de la nueva sociedad de la información, y al más 'pelao' en términos económicos, supone competir también en atención con la prensa digital y la blogosfera, ámbitos que van camino de convertirse, más que en un complemento, en una verdadera alternativa a la prensa tradicional. ¿Para qué gastarse 50c o 1€ en un tocho de papel que me va a contar cosas que ya sé y que encima ocupa espacio, cuando tengo a un click todo un arsenal de informaciones, imágenes, vídeos, enlaces, comentarios, perfectamente actualizados?

La prensa escrita está pues obligada a ofrecer algo más que el puro placer fetichista de dejarse en la lengua el sabor a papel y los dedos manchados de tinta. Ahora bien, si esto pasa por llevar a primera plana noticias que según el periodismo tradicional no habrían pasado de ser apertura de sección -y no entramos a valorar aquí si aún persisten determinados prejuicios sobre el mundo del videojuego en concreto- es otra cuestión. Ignacio Escolar, director de Público justificaba en estos términos (en un post titulado "¿Se puede hablar de videojuegos en la portada de un diario?") la decisión de elegir este tema para su portada y no cualquier otro:

"Lo más relevante, lo más comentado, fue la salida de Zaplana de la política activa, pero la noticia había sucedido por la mañana y hoy, casi 24 horas después, cuando la gente llega a los kioscos, ya no iba a sorprender a nadie. En días así, en Público preferimos apostar por un tema diferente, que no esté en la agenda de los demás. ¿Es una noticia el lanzamiento de un videojuego? No, se lanzan videojuegos todos los días. Pero el GTA no es uno más: es, sin duda, uno de los grandes lanzamientos del año. Y, sobre todo, también es una buena percha para hablar de un tema mucho más importante: cómo el videojuego vende ya tanto como el cine y la música juntos, a pesar de que en los medios, cuando se habla de ellos, hay quien piensa que sólo puede ser porque han pagado."

El factor sorpresa ha sido, pues, el elemento decisivo. Pero Escolar aporta otros argumentos para justificar la elección: Así, afirma que: "siempre es discutible cuál es la noticia más importante del día [en esto estamos de acuerdo]: por eso no es habitual que todos los diarios del planeta coincidan en su portada [aquí no tanto], algo que sólo pasa los días históricos. [es decir, doscientas veces al año]"
En cualquier caso, parece que este tipo de opciones serán cada vez más frecuentes en la prensa diaria de nuestro país. A El Mundo le ha dado en los últimos tiempos por llevar viñetas a su primera página. La Razón hace tiempo que decidió "sorprender" a sus lectores con portadas "espectaculares", y qué decir de El Periódico, capaz de llevar a su primera plana tanto dibujos de cómic como temas más propios ética y estéticamente de la prensa deportiva.



P.S.: Dando por buena la elección de la salida del GTA4 como apertura -y concediéndoles que les creemos cuando dicen que no han cobrado por hacerlo-, sí tenemos que objetar a Público -aunque tampoco sea infrecuente en otros medios- el que de las otras cuatro informaciones que llevan a portada, una sea el dato obtenido en el EGM (promo) y otra, la segunda en jerarquía de la página, una autopromoción de su edición del fin de semana.

¿Misión cumplida?

Cinco años después de que Bush pusiera fin a la guerra de Irak frente a una pancarta con la leyenda “Misión cumplida”, nos encontramos en la prensa digital titulares como éste: “Al menos 30 muertos en un doble atentado en Irak”. Dos suicidas han hecho estallar los chalecos con explosivos que portaban en sus cuerpos, produciendo, además de las víctimas, más de 60 heridos.

Desde luego, las cifras no dejan lugar a dudas, y ni la propia Casa Blanca desmiente que el conflicto esté resuelto. 4.000 soldados americanos han muerto ya desde el inicio del conflicto, y otros 150.000 siguen desplegados en el país, como dejó claro el general Petreus, responsable militar de la ocupación, sin una perspectiva de regreso a medio plazo.

Pese a que después del verano de 2007 algunos empezaron a lanzar las campanas al vuelo merced a la reducción del número de atentados y víctimas, la situación ha vuelto a empeorar. De hecho, el mes pasado fue el más sangriento en Irak desde agosto de 2007, con 968 civiles iraquíes muertos –el número total rebasa ya el medio millón-, a los que se suman 49 soldados estadounidenses.

Por supuesto, pese a que desde hace cinco años la misión está “cumplida”, aún no se han encontrado armas de destrucción masiva en Irak, ni demostrado vinculación alguna entre el régimen de Sadam y Al Qaeda. Ah, bueno, es verdad, que esto ya se sabía desde el principio.
 
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